viernes, 16 de agosto de 2013

hoy, victoria, nómada.


 nómada


victoria mataran
              dibujos



nómada
sin interior ni exterior
se distribuye en un espacio abierto
deviene perpetuo  sin meta
ocupado
transitado  como relato
pasa por alturas potencias
varía en silencios ritmos
recorrido para distinguir
devolver al torrente el fluido
es en cada presente
combinación irrepetible
reflejo interpretación
simbolización vital
manifestación de transformación permanente
experiencia
forma que trasciende los límites de lo acabado
extendiéndose como herencia
modos persistentes de vida genuina
deseo de crecimiento ilimitado
construcción y deconstrucción
respiración
noción de pertenencia
dibujo-mancha-línea
se desplazan
cargando estructuras inconscientes
obras
develan modulan huellas
ejecutadas en secuencia inagotable
cauces vetas grietas
mapas de territorios vivos










UN MUNDO DE SIMBOLOS



Nos hemos transformado en un mundo de símbolos.
Si desde el comienzo de la humanidad la comunicación fue a través de simples trazos, gestos o sonidos, ahora,  casi de manera circular, cíclica  hemos vuelto a ese comienzo. Establecer contacto hoy se  traduce en brevísimas consignas, mínimos gestos, super-sintéticas imágenes que todo lo encierran. El mundo globalizado ha logrado comunicarse mediante un lenguaje universal en clave que se abre a grandes conceptos e ideas.

Las obras de Debora Daich y Victoria Matarán me remiten a los tiempos que corren, una matrix en movimiento.
Los profundos conceptos que involucran el ser y el sentir, y que las inquieta, son  traducidos en imágenes concentradas que se  transforman en  expresiones plásticas.

Ellas manejan la poesía de sus obras a través de un vocabulario reducido, casi científico.
Los dibujos de Victoria podrían asemejarse a  células que vistas al microscopio son como imágenes macromoleculares e irregulares en blanco y negro…
Los escritos de Debora podrían interpretarse como  imágenes que a simple vista se comportan como  series matemáticas repetidas hasta el infinito…
En ambas confluye la traslación de pensamientos e ideas que mediante grafismos (líneas, curvas, puntos y vacíos)  conservan  su espíritu nómade.

Estamos en tiempos de signos, de síntesis y cosificación.
Pero las obras de Victoria y Debora nos devuelven la sensibilidad que fuimos perdiendo…
Acudir a este encuentro es una invitación a vivenciar la coexistencia del sentir y el pensar: lo que llamo un cruce perfecto!


Irene Jaievsky
  curadora